Hace unos días pasé por la carretera más extraña de todas por cuantas circulé.
La carretera une la Isla francesa de Noimoutier con la costa, a la altura de Nantes. La particularidad estriba en que la carretera solo se puede utilizar con marea baja. La subida de la marea la cubre. Hasta los 90 ese era la única vía de comunicación de la isla con el continente; desde esa fecha un puente evita el problema de la carretera sumergible. Carretera que nunca fue inutilizada, así que me dije ¡vamos a probarla!. La zona está al sur de la Bretaña y en esa zona las mareas se caracterizan por la amplitud y la velocidad de subida y bajada.
Unos carteles controlan el paso por la carretera, pero apurando mucho la situación porque cuando avisaron de que sólo quedaban cinco minutos para la llegada de la marea, empecé a cruzarla (y detrás de mi otro coche, luego ninguno más) y hubo un momento en que la marea (dada su velocidad) ya había tapado la carretera. Fue interesante, aunque cuando vi llegar el agua.....